08 Antes de la tormenta


 © José Manuel Alfaro
08

––¡Oh, qué maravilla...!
    ––¿Qué es una maravilla?
    ––Este olor... Este olor a recién cortada es delicioso.
    ––Sí, ciertamente lo es. Pero todo se estropeará si no la cubren... Va a llover... Luego mojada ya no es lo mismo.
    ––La taparán, no te inquietes. O la llevarán a los establos... Verás que la llevan.
    ––No sé ¿No te has fijado en lo cansados que están? La dejarán aquí hasta mañana. Lloverá y se echará a perder... Como el año pasado ¿Recuerdas?
    ––No seas tan negativo... Espera y verás que la cubren. Ellos no quieren que ocurra eso..., y la cuidarán...
    ––No estoy yo tan seguro.
    ––Pero, ¿qué te pasa? ¿No puedes disfrutar de este momento divino, de este olor que alegra el alma? Siempre te pones en lo peor... No sé cómo te aguanto.
    ––A mí no me digas nada. Yo no seré responsable de que todo acabe siendo un desastre. Son ellos los que tenían que saberlo...
    ––¿Saber qué...?
    ––Pues eso..., que lloverá, se mojará, y otro invierno de incomodidades... Y ese olor continuo en la cama... A moho. Nunca lo he soportado. A mí no me había pasado antes.
    ––¿Qué estás queriendo decir? Eh, dime... ¿qué estás queriendo decir? ¿Que yo no soy tan exquisita como tú? ¿Que mi familia ha sido inferior a la tuya, menos noble...?
    ––No empecemos otra vez con eso... Sabes muy bien que yo no estoy acostumbrado a esta mediocridad...
    ––No, claro. El señor es tan fino que nada de lo que hay aquí le alcanza. Pues no sé a qué esperas para largarte... Vuelve a tus lujos, a tu maravillosa cama que se cambia a diario, a tus delicatessen a la hora de comer, a los mimos y ñoñerías con las que te han criado... ¿A qué esperas, eh? ¿A qué esperas para largarte...?
    ––No sé por qué te pones así... Yo solo digo que la paja mojada no vale nada... que nos hará daño...
    ––¿Y yo sabes lo que te digo...? Que me dejes disfrutar de este momento... Para mí es uno de los mejores del año... y no quiero que lo estropees con tus tonterías de siempre...
    ––Está bien..., está bien... Perdóname...


––¿Sabes...? Estás preciosa...
    ––¡...Ah! ¿...Sí?...
    ––...Esta luz te sienta bien... ¡Mira qué brillo en tu pelo...!
    ––Gracias..., pero ya lo sabía... Siempre han dicho que tengo el pelo más sedoso del mundo...
    ––Por eso te quiero...
    ––No digas tonterías...
    ––Vámonos... Te echo una carrera...
    ––De eso nada..., demos un paseo... Esta semana no me han arreglado los cascos.


 © Manuel López Rey

Comentarios

  1. Recomendación: antes de leer el texto, pulsar sobre la fotografía; observarla detenidamente; luego pulsar atrás en la barra de navegación; ahora leer la historia.
    Se aceptan y agradecen todos los comentarios.

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  2. Ingenioso ardid literario, con qué lectura se queda el espectador: poner en boca de caballo aptitudes humanas, dos formas diferentes de interpretar un momento, dos caras de una misma realidad. O la contraria, poner en la mente humana aptitudes equinas, no dejarse inquietar por incertidumbres futuras y disfrutar de la belleza de cada momento.
    Claro que también podemos hacer una lectura de género/sexo con los diferentes laberintos de nuestras cabecitas.
    ¡En cualquier caso, da igual! Ella está preciosa con esta luz, y la tormenta llegará. El conjunto texto-imagen me gusta, muy acertado para esta hoja del calendario.
    Abrazos D. Manuel.
    Oscar da Cunha

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  3. Gracias, Óscar. Tú siempre tan atento a mis publicaciones. Sí, sin duda es una oportuna foto para esta hoja del calendario; creo que también adecuada para el libro. Con eso estamos. Saludos.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Por lo que he leído, vuestra forma de trabajo comienza con las fotos que te envía Alfaro; luego tú escribes la historia que te sugiere esa foto. La verdad es que hay que reconocer que formáis un tándem estupendo, y que esa organización está dando resultados sorprendentes. Todas las fotos me gustan y aunque no soy muy entendido, creo que son muy buenas técnicamente. La literatura de Manuel la conozco más a través de sus publicaciones on line, y soy un admirador incombustible de su escritura. Lo que está haciendo aquí me ha descubierto lo que ya sabía, que su imaginación es ilimitada y que se maneja en cualquier voz hasta conseguir literatura verdadera. Me parece muy difícil que lo consiga cuando está atado a una imagen, a una foto, que el lector no olvida, y aun así, sin traicionar esa imagen, es capaz de escribir un texto a su vez lleno de imágenes y sensaciones nuevas. ¡Enhorabuena a los dos! (Pero a ver si trabajamos más, que estoy ansioso de nuevas historias).

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    1. Jajjaja.. hacemos lo que podemos. Gracias por tu comentario (y por leer em mi blog http://manuellopezrey.blogspot.com allí es donde publiqué el método de trabajo que seguimos). Saludos.

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  6. Enhorabuena a los dos. Fotografía e historia son magníficas. Después de disfrutar de la fotografía, mientras leía iba imaginando diferentes finales pero nunca el que le has dado Manuel, yo iba totalmente por otro lado :-)Es una lectura con varias interpretaciones, eso si, con ese toque que tú sabes darle ¡Eres increíble!

    Un abrazo.

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    1. Gracias, Vero. El final solo puede ser sorprendente para el lector, al que de alguna manera aquí el escritor engaña, pero ese final no es en realidad final de nada, ya que el autor sí sabe desde el principio que la conversación la mantienen dos caballos (bueno, un caballo y una yegua), y el caso es que es una conversación normal, sin trascendencia, como la que puede mantener cualquier pareja; eso sí, la conversación tiene lugar en el paraje que vemos en la fotografía, y esa conversación habla de olores y de comida para el invierno, lo que yo imaginé que ven los ojos y reciben los sentidos de esa pareja de caballos, que a su vez no es más que lo que yo vi y "olí" en esa foto (tal y como lo conté en la descripción). Me alegra que te haya gustado. Mil besos.

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  7. Efectivamente esta foto huele... Qué suerte tienen esos caballos. Es buenísimo, además se portan como una pareja estándar. Lo dicho, buenísimo.

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  8. Hasta aquí me llega el aroma del heno.
    Hasta aquí, el temblor de ese trueno
    que aún no ha roncado.
    Y el aroma a ozono me inunda,
    y la luz, quebrada en el cielo,
    converge fugaz en la hondura azul
    de mi pupila,
    y forma un corimbo de soledades
    único.

    A través de tu palabra, todo
    hasta aquí me llega.

    Palabra e imagen: magnífico encuentro
    Mis felicitaciones y un saludo.

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    1. Se me había pasado este comentario tuyo, Lorni. Muchas gracias por el tiempo que nos dedicas. No sabes lo satisfactorio que resulta contar con lectores como tú. Un abrazo.

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  9. ! No aguanto más ¡, !Cómo que mi foto huele¡
    jajajaja

    Gracias a todos, la verdad es que olía de maravilla y mereció la pena el tormentón que me toco sufrir.

    NOTA: Hay más fotos pendientes de enviar y más cuentos por llegar, seguid con nosotros por favor

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    1. Este es el resultado de la sinestesia, de la que tanto hemos hablado; en este caso la sinestesia se produce en el observador aunque no haya intención en la imágen. Por eso esta foto tuya huele, lo siento, pero huele muchísimo...jajajajaa.

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  10. Precioso el comentario en forma de poema que ha hecho Lorni. La verdad es que sí, la foto huele; y la historia es de una ternura increíble. Otra vez mi enhorabuena a los dos.

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    1. Gracias, Rosa. Tu favicón también huele, a rosas. Saludos.

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  11. Pues es verdad, Alfaro, la foto huele y mucho "a comida de invierno" como dice Manuel. Buenísimas la foto y la historia

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  12. Pues me reitero de nuevo, una foto puede parecer +- anodina, que no es el caso, pues soy un nuevo aficionado a la fotografía y tengo alguna, tan sólo parecida a esta, lo cual indica que me gusta, pero después de leer el cuento, vuelves a mirar y descubres nuevas sensaciones que te han pasado desapercibidas y eso creo que es un plus añadido para tan corto y sugerente relato.

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    1. Muy acertado. De eso precisamente trata este proyecto: de proponer al observador una nueva mirada. Gracias por comentar. Saludos.

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  13. Cuando lees el diálogo, uno siempre intenta adivinar la procedencia del mismo, mas que nada para ponerse en situación. El final, sorpresivo, como siempre. Un notable alto para la creatividad y el ingenio. La foto llamativa antes de leer y representativa después.

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    1. Gracias, Enrique, por leer y observar este libro. Te es pero como seguidor del blog y atenderé siempre tus opiniones.

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    2. Si te interesa conocer el procedimiento que sigue este blog, te informo que en otra dirección explico lo que siento y observo en cada foto que me envía Alfaro; luego trato de escribir la historia que no se ve, siempre procurando que el texto no sea una explicación de la foto y que la foto no sea una ilustración del texto. Otra vez, muchas gracias por estar por aquí. Saludos. La dirección es http://manuellopezrey.blogspot.com.es/

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