09 Millones de años

© José Manuel Alfaro

09

(Rememorando a Carlos Fuentes)

Entonces algo dentro de ti te obligará a moverte en la playa de piedra, junto al mar donde gigantes blancos juegan antes de comenzar la danza en sangre más violenta que hayas visto; cientos de peces blancos asesinados descuartizados, devorados por cientos de peces blancos ensangrentados en el combate que ha de ser para siempre impetuoso. Y por primera vez de tu garganta el grito no de dolor, no de hambre, no de miedo al ataque de las bestias que te esperan, inmóviles, en la oscuridad de la selva a donde has de regresar; donde gritarás imitando al pájaro que no serás; al bramido valiente del astado victorioso, el mismo que sucumbe al salto del león y al que te acercarás en busca de restos devorables; gritarás hasta caer rendida de impaciencia a esta orilla del bosque, lavándote de hojas muertas y hongos hambrientos que te cubrirán mientras vivas encaramada en el árbol; gritarás el pánico en tus entrañas de cuando tiembla la tierra cuando cruces el llano hasta encontrarte, en cuatro patas, en la cueva donde caerás dormida sin haberte incorporado.
       Te despertarán los temblores de la tierra.
       La cueva no servirá para esconderte. 
             Bajo el nuevo cielo seguirá alimentándose el pánico en tus entrañas y volverás huyendo al fondo del precipicio del color de la sangre, junto al mar, para detenerte acuclillada ante el asombro que te hará sentir la necesidad que desconoces desde siempre y que creerás no volver a recordar cuando, al fin, de tu garganta brote por primera vez el grito no necesario. Y te yergas.

 [...]

La bruma alcanzó la costa antes de que la ingeniera jefe en la estación costera de la zona marítima A2 con coordenadas 29º 08’ N 013º 130’ W perteneciente a la Red de Estaciones Costeras del servicio móvil marítimo para la seguridad de la vida humana en el mar, acabara su turno. 
     Aun así, se fue a casa tranquila, sabiendo que durante aquella jornada nadie que estuviera a un máximo de 250 millas náuticas había enviado llamadas de socorro por las frecuencias 2.182 Khz en telefonía ni por la 2.187,5 Khz en Llamada Selectiva Digital, y que le quedaría tiempo para llevar a los niños al parque. 

© Manuel López Rey

Comentarios

  1. Recomendación: antes de leer el texto, pulsar sobre la fotografía; observarla detenidamente; luego pulsar atrás en la barra de navegación; ahora leer la historia.
    Se aceptan y agradecen todos los comentarios.

    ResponderEliminar
  2. Bien, he llegado hasta aquí después de ver todas las fotos y leer todos los textos, cosa que hice desde el móvil, y no me resultó fácil, no se si por la tecnología que utiliza el blog, o por mis deficiencias, en todo caso, sería algo a revisar. Desde el ordenador, como dicen ustedes, me resultó más fácil seleccionando la vista clásica, en las otras no me aparecen los comentarios.
    La idea es fantástica, y la llevan adelante con pasión y profesionalismo, que no son fáciles de acompasar. Los textos brotan de una profunda observación, que tal vez prescinda de lo que se ve a primera vista, y no caen en lugares comunes.
    Los animo a continuar, y hago votos para que puedan realizar una estupenda publicación en papel. Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Hugo. Efectivamente, los textos surgen de una primera y atenta observación de las fotos; luego realizo una descripción, que he empezado también a compartir en mi blog (manuellopezrey.blogspot.com), y por supuesto, trato de escribir una de las infinitas historias que no se ven; aquella que como escritor me apetece contar; y trato de que, al menos, no sea la más obvia, con la intención, no solo de entretener al lector, sino también de solicitar la puesta en marcha de la imaginación del observador.
      Saludos.

      Eliminar
  3. Cómo te pasas tío; desde la elipsis de la película 2001 Una odisea en el espacio, no me había encontrado con nada parecido. La foto y la descripción ya las conocí en tu blog; ahora la historia me ha dejado de piedra. ¡Es genial! como fluye el texto, cómo cuentas la aparición del hombre sobre la tierra, una tierra hostil y tremenda, para luego llegar a esa mujer tan actual y con un trabajo de última tecnología, cómo resumes con 4 datos el progreso tecnológico. En fin, lo dicho, UNA PASADA

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es curioso, ya hay 3 lectores que nos enviaron correos en los que nombran la elipsis de esa película (absolutamente genial), y ahora lo haces tú. Desde luego es un honor, ya que Stanley Kubrick era un genio que utilizaba el lenguaje cinematográfico con mucho talento (Es inolvidable la escena en la que unos monos, que bien pudieran ser el Homo habilis, porque usan objetos como herramientas, golpean con un hueso largo otro más corto (creo recordar que es un ilion) y este sale despedido verticalmente hacia arriba; la cámara lo sigue y cuando en el encuadre está el cielo de fondo y el hueso elevándose, se funde con la imagen de una nave espacial que avanza en alguna parte del Universo) O sea, una elipsis cinematográfica de millones de años (el Homo habilis desapareció hace 1,6 millones de años, y el presente de la película es el año 2001). Un verdadero honor por tanto que esta página recuerde a esa película. Muchas gracias. saludos.

      Eliminar
  4. Amigo Manuel, definitivamente logras despertar la imaginación con el texto. La vez anterior primero vi la foto y luego lei el texto, esta vez (obviando intencionalmente tu recomendación) hice lo contrario. El efecto es extraordinario, uno se imagina algo y luego la foto le da forma, la del autor.
    Me gustó esta experiencia, espero sigas publicando más.
    Un abrazo,
    Rafael

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Rafael, gracias por seguirnos y por comentar. Por supuesto cada observador/lector puede hacer lo que desee; yo he dado unas indicaciones que son las que surgen de la idea general del proyecto "La historia que no se ve", un libro en el que aparecerá en cada página par una fotografía, y en la impar un texto, de tal forma que el lector se encuentra primero con la foto, observa, se imagina y siente lo que sea, y luego lee el texto en el que se le ofrece una historia determinada, de las muchas que se pueden dar desde la foto. A mí me ha gustado tu proceder; sinceramente a mí no se me había ocurrido, pero es que yo no puedo hacerlo, ya que por el método de trabajo que seguimos, es el fotógrafo el que da el primer paso; y hemos elegido este porque así yo tengo que crear una historia sugerida por la foto; si fuera al contrario, el fotógrafo tendría que seleccionar entre su obra una foto para ilustrar esa historia, y creo que lo interesante de este proyecto es que las fotos no son ilustrativas, son el protagonista absoluto, y el escritor cuenta una historia que no se ve, pero podría haberse visto. Muchas gracias. Espero seguir recibiendo tu opinión, para nosotros es importante. Saludos.

      Eliminar
  5. Realmente estimulante tu trabajo Manuel, no sobra una palabra, no falta una letra y la imaginación se proyecta, alternando la reflexión entre la imagen y el texto. En efecto, la historia no se ve, pero consigues que se sienta. Vuelta una vez más ahora del texto a la imagen buscando ese grito, y de retorno al texto huyendo de la niebla. La mirada fija en la piedra, el oído atento a la antena y la fantasía de la palabra…el eterno retorno de lo mismo, porfiando a Niestzche.
    Gracias.

    ResponderEliminar
  6. Joder, Oscar, que comentario más bonito; con el lirismo y la sensibilidad de la que siempre cargas tu literatura. Muchísimas gracias, amigo. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Me fascina leerte, Manuel. Admiro lo fascinante del texto, las palabras, lo que dices y más aún, cómo lo dices. Que forma de seducir al lector desde la primera palabra, que juego tan fascinante entre la imaginación del lector y tu forma de contarlo. No existe la palabra para definirte lo que he sentido al leerlo y verlo, esto último refiriéndome a la fotografía.

    ResponderEliminar
  8. Ya está dicho, pero no me importa repetirme: La mejor elipsis narrativa con la que me he encontrado. Otro 10

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tampoco será la mejor...jajajajja. Gracias.
      Saludos.

      Eliminar
  9. También yo, Manuel, me uno a los que opinan que este trabajo tuyo está forjado por esa elipsis tan magistralmente expuesta. Pinceladas lingüísticas aparentemente inconexas, pero que al final conforman un todo homogéneo y único. Y es la expresión verbal y la rotundidad de la intención con que la expresas, lo que nos muestra de una manera tan real,lo que realmente figura en esta gran instantánea fotográfica: la roca adcrita al tiempo y a los elementos que la rodean, que, momentos después y a través de la misma palabra - aunque ya radicalmente opuesta -,se viene abajo y se desgrana como si nada, hasta hacerse polvo de arena. Y simplemente, porque alguien piensa que antes de avisar, aún le queda tiempo para llevar los niños al parque. Una actitud tan normal y cotidiana, pero que en tan hermosa imagen haces que se convierta.

    Sin embargo,como soy tan "puntillosa", permíteme un solo "pero" y perdóname por ello: las alocuciones adverbiiales hay que expresarlas como ya están constituidas gramaticalmente. Ésta a la que me refiero, es "a cuatro patas", no "en" cuatro partas, a no ser que quieras expresar que está encima de algo que tiene cuatro patas.

    Mi más sincera enhorabuena, Manuel. Es un magnífico trabajo, como tantos otros que de ti ya conozco, y que desde aquí animo a todo aquel que le guste leer y desee una lectura de calidad, se remita a las publicaciones de Munuel López Rey, uno de los mejores "relatistas" con que me he encontrado en estos últimos tiempos.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Lorni. Un comentario así es muy de agradecer, y si viene de una poeta de tu talla, aún más.
      En cuanto a la la locución adverbial, "a cuatro patas" es lo correcto como bien dices; pero ten en cuenta que aquí se habla del nacimiento del Homo sobre la tierra, y lo que pretendo es hacer notar que aún no ha alcanzado la bipedestación, por lo tanto está "en cuatro patas" sobre el suelo de la cueva; es al final del pasaje cuando "brota el grito no necesario", la antesala de la palabra, hasta entonces el grito es necesario (de miedo, de ira, de hambre, de alegría); y finalmente escribo "Y te yergas", como el momento en el que el Homo se pone de pié sobre dos piernas.
      Y en cuanto a tu apreciación sobre la segunda parte del relato, creo que está equivocada; lo que dice es que esta ingeniera ha terminado su turno y que se va tranquila porque no ha habido llamadas de socorro; eso sí, antes de finalizar el turno la "bruma alcanzó la costa" (como se ve en la foto), pero ella, repito, se va tranquila porque no ha habido emergencias y porque aún le queda tiempo para "llevar a los niños al parque". Creo que la confusión la provoca el "Aun así", pero este hace referencia a que no ha habido emergencias "aun habiendo bruma en el mar". Por lo tanto, la ingeniera cumple bien su trabajo (jajajajjaja) y tú la has dejado echa polvo con tu apreciación (jajajajaja). Un abrazo muy fuerte.

      Eliminar
    2. Y por cierto, existe y recibe el nombre de "Red de Estaciones Costeras del servicio móvil marítimo para la seguridad de la vida humana en el mar", una red de estaciones que también es cierto que están preparadas para recibir llamadas por las frecuencias 2.182 Khz en telefonía y por la 2.187,5 Khz en Llamada Selectiva Digital. Como también son ciertas las coordenadas geográficas que apunto referidas al lugar donde está la estación A2 que aparece en la fotografía. Te cuento esto a ti para que además sirva como explicación a otros lectores que me han preguntado al respecto.
      Otro abrazo.

      Eliminar
    3. Gracias, Manuel, por aclararme la cuestión de la "alocución adverbial". Así se entiende el porqué de "en" y no "a". Mi falta de intuición en ese momento, no me hizo ver que hablabas del principio de los tiempos.
      En cuanto a lo de esta pobre mujer, efectivamente la he hecho polvo. Dile que lo siento mucho, si es que también es real, jajajajaja.
      Un abrazo.

      Eliminar
  10. Sin comentarios.
    El texto es de un nivel literario que sorprende; si además Manuel tiene la grandeza de compartir previamente su interpretación de la foto en su blog y en facebook, aún es más grande. Allí cuenta su primera descripción: formidable cómo describe lo que todos hubiéramos podido ver. Pero él ve eso: la historia de la Tierra como planeta y la presencia del hombre sobre la tierra. Y luego va y escribe esto; lo he leído varias veces: es sencillamente bueno.

    ResponderEliminar
  11. Ya no sé si mi preferida es "Los colores del agua" o esta, porque aquí me sorprende la calidad del texto. Una buena literatura para un libro de fotografías. Enhorabuena

    ResponderEliminar
  12. Gracias, Mariano. Seguiremos intentando no decepcionarte. Saludos.

    ResponderEliminar
  13. Veo la fotografía, leo, no entiendo, me pierdo, vuelvo atrás y empiezo de nuevo, esta vez con más determinación, llego a una conclusión y me pongo contento por que al leer los comentarios creo que he acertado. ¡Que más puedo decir!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, este puede que sea, por el momento, el texto más arduo. A otros lectores les ha ocurrido algo parecido. Me alegra saber que le prestaste una segunda lectura y que llegara a ti lo que pretendí al escribirlo. Gracias y saludos.

      Eliminar
  14. Gran nivel, el literario, la imagen y los comentarios de los seguidores del Blogg con tus respuestas Manuel, es el primero que he leído, iré poco a poco. Gracias por presentármelo. Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Elena. Me alegra que estés por aquí. Seguiré atento a tus mensajes. Saludos.

      Eliminar

Publicar un comentario